4.18.2007

Partir de cero

-¿Prefieres seguir viviendo? ¿Qué clase de respuesta es esa?- La verdad es que mi respuesta era una basura. Siempre que te imaginas situaciones comprometidas te acuerdas de los grandes del cine negro y de sus frases geniales. Pero, a la hora de la verdad, no se me había ocurrido soltar nada más. Menuda cagada. Casi tenía gracia.

-Te diré lo que vamos a hacer.- Siguió hablando. -Cuéntame un poco de tu vida. Así te dará tiempo a fumar un par de cigarrillos más. Luego decidiré que hago contigo.-

-Pero, ¿Por dónde empiezo?- El sonido salió de mi boca quedo, como un balbuceo. ¿Qué cojones se supone que le tienes que contar a un tipo que después de amenazar con matarte te arrastra hasta tu propia casa? Pensé en las veces que había sido el chico nuevo en algún sitio y tampoco me preocupaba tanto quedar bien o mal. -Mi nombre es Isaac- Comencé. Le conté más o menos como era mi vida en aquel momento. Insistió en saber más sobre el día anterior. No preguntó mucho sobre la manera en que murieron mis padres, o como acabó mi novia con mi hermano. No era un tipo morboso, o eso es lo que pensé en ese momento. Seguía hablándole de mis cosas, siempre por encima, hasta que preguntó directamente.
-¿Quién es el americano?- Me costó reaccionar.
-¿Qué americano?-
-Tú sabrás, ¿Cuántos americanos conoces?-
Después de pensarlo detenidamente contesté. -Ninguno. Creo.-
-Tiene gracia. No sé si hablas en serio o te estás haciendo el listillo conmigo. Olvídalo.-
-El tipo raro que entró aquel día en la cafetería de la facultad. ¿Te refieres a ese?- Empecé a recordar. -Yo te vi aquel día. Pero llevabas el pelo largo. Es extraño.

-Mi nombre es Viktor.- Interrumpió. Era un tipo con poca paciencia.
-Me resulta extraño que te acordaras de mi cara despues de tanto tiempo. Supongo que me viste por unos cinco segundos. Aún así me has reconocido. Pero creo que no es como yo pensaba. Lo que te voy a proponer ahora es sencillo. Igual te parece una tontería, pero si lo piensas puede ser una opción viable. En este momento, tu existencia es una puta mierda. No tienes familia, no tienes novia y por tu estilo de vida, tu trabajo tampoco es la hostia. Como habrás podido observar, yo no soy un tipo común. Te lo creas o no, me dedico a liquidar gente. Es un trabajo como otro cualquiera. No te voy a hablar de mis motivos o mis métodos. Pero te voy a dar la oportunidad de seguir viviendo. Que es más de lo que esperabas hace tres o cuatro horas.- Miró su reloj. -Mi trabajo es divertido, conozco mis limitaciones. Pero últimamente se está convirtiendo en algo tedioso. Así que haremos un trato. Tú te vienes conmigo. No te pido que mates a nadie. Tarde o temprano acabarás cogiéndole el gusto o intentando huir.- El gesto de mi cara debió ser bastante elocuente. -Mira, no me mires así. Yo te perdono la vida. Pero ahora tu vida me pertenece. Si te sirve de consuelo, prometo no matarte mientras aceptes el trato. Piénsalo bien, porque la otra opción es bastante más aburrida. Y si lo piensas aún mejor, no tienes nada que perder. Ahora mismo eres un pusilánime de los cojones. Te ofrezco la oportunidad de partir de cero. ¿Qué me dices?-

Empecé a pensar en coger el cuchillo y vivir mis últimos minutos con un poco de gloria. Pero la opción era demasiado absurda. Claro que toda la situación había degenerado hasta un punto insospechado. Todo era tan irreal que en ningún momento estaba procesando lo que él me decía. Era cierto que mi piso era un desastre, ni siquiera era mío. No me quedaba familia, ni tenía una relación sentimental estable. Pero ¿Qué se supone que iba a pasar con mis amigos?

De todas formas, el tipo podía ser un maniático. Intentar razonar con él no parecía una buena idea. Por un momento, me imaginé siendo el compañero de fatigas de un psicópata. Claro que pensándolo bien, hasta los superhéroes están un poco zumbados. Aunque creo que Robin decidió seguir a Batman de motu propio. Seguramente el tal Viktor era un desequilibrado. Y aunque su acento no era familiar, parecía que llevaba bastante tiempo viviendo en esta ciudad. Así que decidí salir del paso como mejor se me ocurrió.

-De manera que lo único que tengo que hacer yo es ir contigo. No tengo que meterme en ninguna pelea ni nada por el estilo, ¿no?-

-Tranquilo chico. Serás mi padawan, mi sempai. Mientras vayas conmigo estarás bajo mi protección.-

-Guay.- Pensé.

(El camino hacia las sombras).

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Bastante interesante ésta presentacion de los dos personajes. ¿Que quiere Viktor de Isaac? la historia ha dado un giro importante...

Babilonios dijo...

¿Qué quiere Viktor de Isaac?

¿Qué tenían en común el americano que perseguía Viktor e Isaac?

Gracias por seguir leyendo y por los comentarios.

Saludos.

Daniel Estorach Martín dijo...

Hmmm... Interesante, aunque algo extraño.

Se me hace realmente raro que un tipo cómo Víktor quiera la compañía de un "matado". Quizás esté realmente aburrido y quiera probar algo nuevo.

Veremos a ver qué pasa ;)

Voy a seguir con las que me quedan, ¡ahora que tengo tiempo al fín!

Un saludo